Con los alumnos de Publicidad de la Escuela Argentina de Fotografía realizamos un ejercicio de producción en todas sus etapas: búsqueda y selección de una idea, vista de referencias, previsión de los elementos necesarios, montaje de la escena, la realización de las tomas y post producción.
El resultado son estas tomas con un marcado toque de humor.
Posiblemente si hubiese visto esta toma sin saber como se realizó podría pensar que no fue un disparo directo sino un montaje. Esto me lleva a reflexionar sobre cómo cambió la lectura de la imagen fotográfica: antes un montaje era una técnica poco habitual y la captura del momento, el instante del disparo era uno de los atributos de valor esenciales de la fotografía. Ahora con la facilidad que brinda el manejo digital el montaje se ha tornado tan común (hasta el abuso) que sospechamos a priori de la legitimidad de la captura del instante (¿creo que se nos perdió algo ahí, no?)
Estos son disparos directos, saltos congelados en el aire. Se ajustaron parámetros de (exposición, brillo, etc) en el editor de formato raw, y mediante retoque en Photoshop solo se completó el piso de madera que no era suficientemente grande, y se realizaron entonados y apantallados.
En la galería puede verse este retoque y otros disparos de la misma serie.
Las tomas están realizadas empleando tres flashes de estudio. En los primeros disparos observamos que las fotos no estaban perfectamente congeladas, tenían algo de falta de definición ya que el movimiento muy rápido del salto, fotografiado perpendicularmente al eje del objetivo de distancia focal larga, no llegaba a congelarse: los destellos de flash no eran suficientemente breves. Para solucionar esto, llevamos la iluminación al mínimo de potencia posible para los flashes Elinchrome que empleamos, esto llevó la duración de los destellos a 1/900 de segundo, como estábamos empleando cajas de luz, tuvimos que subir el ISO de la cámara para llegar a un nivel de exposición adecuado y evitar movimiento en el registro de la imagen
®Carlos Fumagalli